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Dragon ball evolution

 

GOKU PERDIO PODERRES



Dragonball Evolution

La verdad es que no es muy complicado hablar sobre un caso como el de Dragonball Evolution, la “adaptación” cinematográfica del manga de culto de Akira Toriyama que han perpetrado la 20th Century Fox y el director de Destino final, James Wong. No es muy complicado hablar de ella, ya que estamos ante una situación donde se ha dado todo absolutamente masticado.

Todo empezó en el año 2002, cuando la Fox anunció con sorprendente discreción que había adquirido los derechos para adaptar Dragon Ball al cine.

Una especie de entusiasmo y temor se adueñó de toda la red. El entusiasmo estaba de sobras justificado ante los buenos resultados que había cosechado, contra todo pronóstico, los X-Men de Bryan Singer, cuya campaña mediática antes del estreno fue similar a la que ha habido actualmente con Dragonball Evolution. A nadie le gustaba a Hugh Jackman como Lobezno, y las fotografías del rodaje que iban apareciendo eran motivo de escarnio público en las plazas públicas de los foros que poblaban y siguen poblando Internet. Sin embargo, cuando X-Men se estrenó, todos los escépticos tuvieron que guardar silencio ante la evidencia de que estábamos ante un producto muy digno, entretenido y de una factura impecable en todos los sentidos, respetuoso y fiel además con el material original.

Dragonball Evolution

Pero, ¿qué pasa con Dragon Ball? Estamos ante un caso similar, pero muy diferente a partes iguales. La serie de Toriyama posee una buena comunidad de fans al igual que la obra de Marvel. No obstante, Dragon Ball cuenta con un factor nostálgico muy poderoso: en todo el mundo millones de personas se han hecho mayores siguiendo las aventuras de Goku y compañía. Y para gran parte de ellos es una serie sagrada, a pesar de no ser ni mucho menos nada del otro mundo. Era algo evidente que cuando empezaron a salir imágenes y tráilers oficiales de Dragonball Evolution, y después de conocer la sinopsis oficial con todos los cambios introducidos por el guionista Ben Ramsey, los fans, no sin parte de razón, clamaron al cielo y a todos los santos la supuesta aberración que se estaba gestando.

Aquí un servidor se mostraba escéptico. Como he dicho, gran parte de Dragon Ball no me parece nada del otro mundo. Es una serie que, por culpa de la presión de la editorial a Akira Toriyama para seguir con ella durante varios años, cae en la redundancia y en una rutina esquemática bastante pesada y tópica. Pero estaba convencido de que la historia podía dar mucho de sí para una película de clase épica, con un diseño de producción similar al de El Señor de los Anillos de Peter Jackson.

Pero ciertos detalles que se iban filtrando de la producción (como que la película iba a costar “solamente” 100 millones de dólares) iban mermando, poco a poco, mis esperanzas.

Tras ver la película, lo único que puedo hacer es confirmar temores y secundar las malas críticas.

Dragonball Evolution es sinónimo del anti-cine más rancio, casposo y barato. Si en algo pasará a la historia es por pasar a codearse entre grandes bodrios de ayer y hoy Street Fighter: La última batalla o Power Rangers: La película.

Dragonball EvolutionNo se percibe en ningún momento ni un atisbo de voluntad por hacer una película digna del fenómeno que supone Dragon Ball, ni siquiera una película más o menos independiente de él (ya que se cambia el 50% del argumento), que llegue al menos a un nivel de calidad medio de los blockbusters actuales. Se respira desgana y falta de entusiasmo en todos sus poros, o bien por un equipo de ¿profesionales? que no se está tomando en serio (ni respetando) lo que están haciendo, o bien por una falta de presupuesto alarmante en una película de este tipo (lo que explicaría el paupérrimo diseño artístico). Porque bajo mi punto de vista, con Dragonball Evolution lo de menos es que se ventilen gran parte del argumento original, puesto que al fin y al cabo si hubiese sido una buena película podría haber hecho la vista gorda… el problema es que no es ni mucho menos una película buena, ni siquiera una película decente.

La dirección es inexistente ante un guión caótico que se explica como un libro cerrado, a pesar de lo simple que llega a ser el argumento. Y el reparto hace lo que puede ante el desaguisado, sobretodo un Chow Yun-Fat aparentemente enfarlopado para soportar la situación donde se ha metido.

Los únicos apartados medianamente destacables son apenas un par: la banda sonora de Bryan Tyler es una de esas joyas que se dan cada cierto tiempo en el cine más comercial, pero por culpa de las chapuzas en la sala de montaje, ha sido defenestrada sin piedad, quedando apenas un par de acordes en el montaje final; y los efectos especiales en un par de tomas: concretamente las correspondientes a las aureolas de energía en la “batalla” final (que dura apenas tres minutos…) junto con el momento kame hame ha.

En definitiva, estamos ante un producto lamentable que ni transmite, ni se arriesga, ni aporta absolutamente nada. Puede que guste a los más pequeños, pero aún y así me parece un insulto a su inteligencia llevar a verlos Dragonball Evolution teniendo en cartelera Monstruos contra Alienígenas, o Ponyo en el acantilado, el próximo 24 de abril.

Si los rumores que corren sobre el presupuesto de la película (se dice, se comenta que en realidad fueron menos de cincuenta millones de dólares), todo cuadraría.

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